A la hora de recordar nuestros periplos por el mundo, cada cual elige cómo hacerlo. Unos optan por invertir parte del presupuesto en algún 'souvenir', desde imanes hasta llaveros pasando por platos de porcelana. Otros prefieren ahorrarse ese gasto y se decantan por tomar prestada alguna piedrecita más o menos vistosa o coger un poco de la arena de la playa para guardarla en una cutre botella de plástico. Y los más chiflados, como es el caso del protagonista de esta historia, se decantan por hacerse fotos con los monumentos más destacados de aquellos lugares que visitan simulando que son su pene. Ver para creer.
De pequeños, incluso siendo ya algo más creciditos, siempre hubo momento para la clásica broma. Coger algún objeto con forma alargada y convertirlo en nuestro miembro viril, simplemente para compartir unas risas con los colegas. Es más, alguna vez utilizamos monumentos. Eso sí, pocos han sido capaces de reunir el arrojo de Nic Danger, que ha subido a Instagram todas y cada una de las instantáneas que recogen esos momentos en los que ha convertido un edificio puntiagudo en su pene.
Ahora, no hay ciudad que visite y monumento alargado que encuentre allí que no acabe por convertirse en su falo. Para dar buena cuenta de ello utiliza su cuenta de Instagram: nicnicbuildings4dick (algo así como 'edificios por penes'). Según cuenta este chiflado turista sudafricano, todo comenzó en un viaje con su familia a El Cairo. A partir de ahí, comenzó a compartir las fotos de sus diabluras con los amigos, que le instigaron a seguir haciendo eso que tan bien se le daba.
Desde ese instante, no hay edificio o estructura que se le resista. Desde Filadelfia hasta el enclave arquológico de Petra (en Jordania), pasando por Estambul, Berlín, Michigan, Toronto, Boston, la ciudad checa de Brno, Praga o Londres. La primera instantánea que aparece en su cuenta de Instagram fue tomada en Berckley, en California En su visita a París, como no podía ser de otra forma, se atrevió a convertir la mismísima Torre Eiffel en su pene. Tampoco tuvo el más mínimo reparo en hacer lo propio con la Estatua de la Libertad cuando viajó a Nueva York.
Es más, en su periplo por España no dudó en hacer de las suyas. Fue en Barcelona. No obstante, aunque todos pensaríamos que su foto para el recuerdo fue con la prominente Torre Agbar, lo cierto es que Nic se decantó por objetos algo menos llamativos. Algunas de sus víctimas fueron las columnas del Parque Güell y la Torre de telecomunicaciones de Montjuic. No le gustan las obviedades; como él mismo reconoce prefiere los retos y jugar a lo grande.
“Mira, soy un artista, vale. La gente sigue pretendiendo hacerse fotos como con una estúpida farola o algo así y es como si yo no fuera una persona. No voy a diluir mi forma de arte para tu divertimento”. Nic Danger lo tiene claro.
Lo que no sabemos es qué pensarán los chavales a los que imparte clase en Brooklyn. De lo que sí estamos seguros es de que, por su trabajo, no puede estar siempre viajando todo lo que él quisiera. Eso sí, ya tiene planeado su próximo viaje. Pondrá rumbo a América del Sur para recorrer algunos países. Entre sus planes, como no podía ser de otra forma, está visitar el Cristo Redentor que corona la ciudad de Rio de Janeiro. Seguro que, a estas alturas, ya os podéis hacer una idea del motivo por el que quiere estar a sus pies... ¿o no?
"Nunca pararé... Hasta que muera seguiré haciendo esto”, advierte Nic al mundo entero. “O al menos, mientras los penes me sigan haciendo gracia, y no creo que eso vaya a cambiar. ¿Acaso voy a madurar de la noche a la mañana? No, tengo puesta una camisa con piñas estampadas ahora mismo. Y me gano la vida enseñando a los niños a tocar rock”. Parece convencido de que su destino en la vida no es otro que ir por el mundo retratándose con monumentos que parezcan ser su pene.
Incluso tiene en mente llevar su afición un paso más allá. Reconoce abiertamente que planea crear una campaña en Kickstarter para que sus seguidores y amigos le puedan echar un cable para costear su próximo reto: viajar al polo sur y simular que el Ceremonial South Pole es su falo. Pretende convertir, sin el más mínimo reparo, el monumento que representa la unión de todos los países firmantes del Tratado Antártico en su miembro viril. Así es Nic Danger.
Hay que reconocer, eso sí, que se trata de un recuerdo muy original de sus viajes por el mundo. Más allá de los aburridos álbumes de fotos o de los pies en la playa, si quiere enseñar a sus familiares y amigos cómo fue su visita a otras ciudades del mundo, sin duda que estos dejarán aparcada la envidia para compartir unas risas con él. Es más, visto lo visto, no sería nada descabellado que algún día se atreviese a imprimir sus fotos y decorase con ellas la pared del salón de casa. ¡Penes por todas partes! Si es que hay gente para todo.
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Con información de Daily Dot y Nic Danger
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